JAPÓN
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Para mí, es una de las excursiones que más valen la pena en Japón. También conocida como Itsukushima. En esta isla se encuentra la archifamosa y archifotogradiada torii (puerta) “flotante”, que junto con el santuario, los otros templos, paseos y ciervos alrededor de las calles hacen de Miyajima un lugar único.
CÓMO LLEGAR
Desde la estación de Hiroshima tomo el tren JR Sanyo shinkansen hasta Miyajima-guchi. Pasa cada pocos minutos y tarda 27 minutos en llegar.
Todo está muy bien indicado siendo necesario caminar menos de 5 minutos hasta la terminal del ferry y esperar 15 minutos para coger el ferry hacia la isla de Miyajima. Todo incluído con el JR Pass.
Dentro de la terminal de llegada del ferry mismo, hay una oficina de información donde nos dan un mapa-guía en castellano de la isla.
COSAS A VER
Miyajima es una isla montañosa que atrae a todo el mundo por su O-torii, la puerta flotante enfrente del santuario de Itsukushima. Si se llega por la mañana, la marea es alta y parece que esté flotando, a partir de las 2 de la tarde, la marea es baja y se ve la puerta anclada al suelo, al menos a finales de julio.
La altura total de la puerta flotante es de unos 16 metros con unos pilares principales de unos 10 metros de circunferencia. Fue construido en 1.875. Es magnífica, preciosa.
Santurio de Isukushima, entrar cuesta 300 ¥ . Construido en el mar, el Santuario es adorado como el dios que vigila el mar. Su construcción única es de estilo Shinden. Construído en el año 593, fue remodelado en 1.168. El santuario de compone de una capilla principal, una etapa del teatro Noh, dos cuartos de música y varias capillas más pequeñas. Todas estas estructuras están conectadas por unos pasillos con una longitud total de 300 metros. En el año 1.996 el santuario fue designado oficialmente como Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Hay varios senderos muy bien indicados para hacer senderismo. El único problema es que no están indicadas ni las distancias ni el tiempo probable de duración. Yo me aventuré a subir por la Ruta de Omoto pasando por el Bosque de Komagabayashi y bajando por la Ruta de Daishoin. Tardé algo más de 2 horas de subida por la montaña en escalones escarbados en la roca y sudando lo indecible. La bajada eran escalones construidos artificialmente. La vista en la cima tampoco me pareció tan espectacular, por lo que si llego a saber antes, sinceramente, me ahorro la excursión.
Pagoda y Senjokaku: la magnífica pagoda , con su característica pintura roja, fue construida en 1407, tiene cinco pisos, más de 27 metros de altura y se erige a pocos metros del santuario. Junto a la pagoda se encuentra un edificio construido en madera y con apenas decoración, el Senjokaku o "Sala de los mil tatami". Estas salas se construyeron bajo el gobierno de Hideyoshi Toyotomi, con el objetivo de que se llevase a cabo el canto de sutras en honor a los muertos en la guerra de unificación del archipiélago. La entrada cuesta 100¥.
También se puede visitar el Centro de Artesanía o el acuario de Miyajima, aunque cuando yo estuve estaba en fase de renovación. Reabren en agosto 2.011
Este pequeño pueblo se puede recorrer en pocos minutos, a no ser que el visitante se detenga en las tiendas tradicionales y en las de baratijas y omiyage (souvenirs típicos de Japón). Las calles más concurridas son la calle Machiya y Omotesando, la primera cuenta con construcciones del periodo Edo y la segunda tiene gran cantidad de tiendas. Indispensable probar las galletitas de cacahuetes que venden en todas las tiendas. Las especialidades del lugar son las ostras frescas y gratinadas y las anguilas del mar interior. Para los paladares dulces, los pastelitos rellenos de azuki (http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=534) con forma de hoja de arce. Casi todas las tiendas los producen allí mismo y se puede ver todo el proceso de fabricación.
Expuesta en una de las tiendas se halla la pala de girar el arroz más grande del mundo.
Sònia Graupera
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