BRASIL

Algodoal está en la isla de Maiandeua a 180 kms al este de Belém, en el Atlántico. Es un paraíso terrenal, no cuenta con coches y el transporte se hace carros a tirados por caballos.
Cómo llegar
Cogemos cualquiera autobuses en la esquina del hotel, en la avenida Presidente Vargas que vaya hasta la rodoviária (estación central de autobuses). A las 8,30 sale una van de Transporte Alternativo que cuesta 14 R$ hasta Marudá (curiosamente la vuelta nos costó 15 R$). Otras opciones hasta Marudá salen más tarde, son autocares que cuestan 9,80 R$.

La carretera hasta Marudá resulta bastante destartalada, con tramos no asfaltados. La van se va parando para recoger gente en cualquier sitio donde es reclamado, y el conductor se para para comprar gambas secas que según nos explica es especialidad de la comarca.

Tardamos 3 horas en llegar a Marudá. Cuando llegamos sale de Marudá una barca que cuesta 4 R$ hasta Algodoal que es el pueblo pescador de la isla de Maiandeua. La barca tarda 20 minutos hasta Algodoal.

El retorno deAlgodoal a Marudá tardó más porque se estropeó el motor y estuvimos un bueno rato mientras lo arreglaban.

Dormir & Comer
En Algodoal la opción de coger un carro que te transporte por todo el pueblo (no asfaltado) es buena idea, nosotros no lo hicimos y sudamos de lo lindo andando mientras íbamos mirando diferentes opciones para dormir. No hay muchas pousadas, recomendamos en el inicio del pueblo: Hotel Beira Mar (Avenida Beira Mar, tel. 91-222 75 82), ofrece habitaciones dobles por 50 R$ y todas dan a un jardín con hamacas. Nosotros optamos por llegar al final del pueblo y como en ese momento había marea alta, incluso tuvimos que cruzar un riachuelo (0,50 R$) para llegar a la Pousada Jardim do Eden. Esta pousada está regentada por Véronique que es francesa y Evandro, su marido brasileño (Conjunto Júlia Seffer, Rúa 9, casa 44, tel. 91- 99 67 90 10, www.algodoal-amazon-tourism.com, [email protected]). En su página web salen las dos casas que tienen junto al edificio principal. Este edificio principal es de madera, y donde nosotros dormimos, sólo cuenta con dos habitaciones. Fue increíble, justo en la arena de la playa con unas vistas espectaculares. 65 R$ la habitación doble, el baño y ducha son comunes. El desayuno no es buffet pero suficiente. También cenamos allí mismo, Véronique cocina deliciosamente